Enfermedades colonales

Las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas («EII») son enfermedades «idiopáticas», es decir, de causa desconocida. Las EII incluyen la enfermedad de Crohn, la rectocolitis ulcerosa y la colitis indeterminada.

Las EII no son enfermedades hereditarias, aunque tienen cierto carácter «familiar», es decir, una tendencia a un mayor riesgo en los parientes de las personas afectadas.

La hipótesis patogenética predominante es la de una reacción inmunológica del intestino a antígenos (como, por ejemplo, bacterias normalmente presentes en el intestino); este desequilibrio inmunológico puede surgir debido a una interacción alterada entre los factores genéticos propios del individuo y los factores ambientales. Recientemente, se ha identificado un gen denominado NOD2 que, si está mutado, hace a la persona más susceptible de padecer la enfermedad de Crohn.

Entre los factores ambientales, el más importante es el tabaquismo que, curiosamente, predispone a la enfermedad de Crohn pero parece ser protector contra la rectocolitis ulcerosa.

En España hay unas 200.000 personas afectadas por estas enfermedades del colon. En los últimos 10 años, el diagnóstico de nuevos casos y el número de enfermos se han multiplicado por 20 aproximadamente. Las EII afectan con la misma frecuencia a ambos sexos, y el inicio clínico suele producirse entre los 15 y los 45 años de edad.

SÍNTOMAS

Tanto la enfermedad de Crohn como la colitis ulcerosa son enfermedades crónicas o recurrentes, que se presentan con periodos de latencia alternados con reagudizaciones.

Cuando la inflamación intestinal rebrota, también aparecen síntomas constitucionales como fiebre, adelgazamiento, fatiga profunda y falta de apetito.

ENFERMEDAD DE CROHN

La enfermedad de Crohn es una inflamación intestinal crónica caracterizada por una inflamación crónica de los intestinos, que puede afectar a todo el tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano. En la mayoría de los casos, la enfermedad afecta sobre todo a la última parte del intestino delgado (íleon) y al colon.

Las úlceras resultantes de la inflamación, si no se tratan, pueden provocar un estrechamiento intestinal (estenosis) o profundizarse hasta «perforar» el intestino y tocar los órganos circundantes (fístulas).

CAUSAS

Se desconocen las causas de la enfermedad. Parece que una combinación de factores, como la predisposición genética, los factores ambientales, el tabaquismo y las alteraciones de la flora bacteriana intestinal y de la respuesta inmunitaria, pueden desencadenar la inflamación intestinal. De hecho, las células del sistema inmunitario «atacan» continuamente al intestino y contribuyen a perpetuar la inflamación. Aunque algunos genes parecen estar implicados, no se trata de una enfermedad hereditaria o genética.

SÍNTOMAS

Diarrea crónica (es decir, que persiste durante más de 4 semanas), a menudo nocturna, asociada a dolores y calambres abdominales, a veces con hemorragias mezcladas con heces, dolores abdominales, especialmente localizados en la parte inferior derecha del abdomen (correspondiente al último asa ileal, el lugar más frecuente de la enfermedad), diarrea, y con fiebre que aparece por la noche, o con dolores articulares, o con otras manifestaciones no intestinales. A menudo puede haber una pérdida de peso importante. A veces, puede manifestarse a nivel anal con fístulas o colecciones de pus (abscesos).

En un buen porcentaje de casos, la enfermedad no da síntomas y sólo se descubre por casualidad, o se confunde con el síndrome del intestino irritable.

COMPLICACIONES

Formación de estenosis (estrechamiento de la luz del tramo de intestino afectado hasta el punto de oclusión intestinal), fístulas (comunicación entre el intestino y la piel, o entre órganos abdominales) o abscesos. Estas complicaciones pueden requerir cirugía.

TERAPIA

La terapia de la enfermedad de Crohn tiende a desactivar la inflamación intestinal, actuando sobre los mecanismos celulares y moleculares del intestino y del sistema inmunitario.

Los tratamientos incluyen:

Mesalazina (5-ASA) que actúa directamente como antiinflamatorio sobre la mucosa intestinal durante el tránsito intestinal.

Antibióticos intestinales (fluoroquinolonas, metronidazol, rifaximina) que ayudan a equilibrar la flora bacteriana, posible corresponsable de la inflamación, o a reducir o eliminar los abscesos.

Azatioprina o 6-mercaptopurina (inmunosupresores) que inducen la muerte de la mayoría de los glóbulos blancos activados, responsables de la inflamación.

Esteroides que ejercen una potente acción antiinflamatoria en todo el organismo, suprimiendo la respuesta inmunitaria y modulándola.

Metotrexato que actúa, por diferentes mecanismos, como un inmunosupresor que destruye gran parte de los glóbulos blancos activados.

Fármacos biológicos (infliximab, adalimumab), anticuerpos biotecnológicos que bloquean selectivamente una de las principales moléculas responsables de la inflamación.

Cirugía utilizada para eliminar complicaciones irreversibles de la enfermedad de Crohn, cuando los fármacos no tienen alcance terapéutico.

Fármacos experimentales que pueden tener diversos mecanismos de acción y que sólo centros de excelencia seleccionados pueden administrar en ensayos clínicos.

RECTOCOLITIS ULCEROSA

La rectocolitis ulcerosa es una enfermedad caracterizada por la inflamación crónica del intestino, que afecta siempre al recto y puede extenderse sin problemas a una parte o a todo el colon. La inflamación provoca lesiones ulcerosas que son responsables de los síntomas intestinales. El curso de la enfermedad se caracteriza por la alternancia de episodios agudos seguidos de periodos de remisión clínica. La frecuencia de los ataques puede variar hasta casi sucederse sin periodos de bienestar.

CAUSAS

Aún no se conocen las causas de la enfermedad. La hipótesis más probable es que factores ambientales, como microorganismos bacterianos intestinales, en presencia de una dotación genética predisponente, puedan desencadenar el ataque del sistema inmunitario en el que también participa el intestino.

SÍNTOMAS

Los síntomas extraintestinales, como dolores articulares y manifestaciones dermatológicas, pueden estar presentes hasta en un 35% de los casos. En el 15% de los casos la sintomatología es tan violenta con numerosas descargas de heces líquidas con sangre, deshidratación y fiebre.

COMPLICACIONES

En las localizaciones de la enfermedad exclusivamente en el recto, puede presentarse incluso estreñimiento grave en lugar de diarrea. Los episodios más graves (15%) se caracterizan por la aparición de fiebre y deshidratación y requieren hospitalización urgente para administrar la terapia adecuada a base de corticosteroides, inmunosupresores, antibióticos y soporte nutricional en vena. Sólo en raros casos refractarios a la terapia se hace necesaria una colectomía total. Las manifestaciones extraintestinales están presentes hasta en un 35% de los casos: artralgias y artritis localizadas tanto en las articulaciones periféricas como en la columna vertebral; manifestaciones dermatológicas como nódulos subcutáneos, enrojecidos y dolorosos o lesiones purulentas que tienden a agrandarse, a menudo localizadas en las extremidades inferiores; epiescleritis y uveítis; enfermedades hepatobiliares.

Por último, la inflamación crónica puede provocar lesiones precancerosas a lo largo de los años, con un mayor riesgo de desarrollar carcinoma intestinal en comparación con la población general.

TERAPIA

La terapia para la rectocolitis ulcerosa está dirigida a extinguir la inflamación intestinal mediante la inhibición de los procesos implicados en la activación de la cascada inflamatoria y el sistema inmunitario.

Los tratamientos incluyen:

Mesalazina (5-ASA) es un fármaco de acción tópica que actúa directamente como antiinflamatorio sobre la mucosa intestinal.

Los corticoides tienen una potente acción antiinflamatoria en todo el organismo y modulan la respuesta inmunitaria.

La azatioprina o la 6-mercaptopurina son inmunosupresores que inducen la muerte de la mayoría de los glóbulos blancos activados responsables de la inflamación.

La ciclosporina es un inmunosupresor que actúa inhibiendo la función de los linfocitos, responsables de la activación del sistema inmunitario, y suele utilizarse en casos de colitis grave resistente a la cortisona.

Los fármacos biológicos (infliximab), anticuerpos monoclonales biotecnológicos, bloquean selectivamente una de las principales moléculas (TNF) responsable de la inflamación.

Cirugía de colectomía total cuando los fármacos no tienen cabida terapéutica.

Fármacos experimentales que pueden tener diversos mecanismos de acción y que sólo centros de excelencia seleccionados pueden administrar en ensayos clínicos.

Desgraciadamente, no se puede prevenir la aparición de la rectocolitis ulcerosa, pero sí sus complicaciones y su evolución.