El BMW M4 CS es una de las formas más exclusivas de conducir un M4 actual y, sin embargo, se ve eclipsado por el BMW M4 GTS, que se eleva por encima de todos los demás modelos como el BMW más rápido de todos los tiempos y ha causado sensación, y no sólo en Nürburgring. A diferencia del BMW M4 CS, el GTS también ha conseguido alcanzar una gran notoriedad en todo el mundo, pero la razón de ello es obvia: el modelo especial M4 CS se desarrolló exclusivamente para el mercado español y, además, sólo se ofrece en España. Los expertos locales en automóviles de motor.es han echado ahora un vistazo más de cerca al veloz dúo de Garching.
La restricción a España contribuye a que el BMW M4 CS sea aún más exclusivo que el GTS: Sólo se construirán y venderán 60 ejemplares de este modelo especial. Comparado con los 700 GTS comunicados en todo el mundo, este número es minúsculo, pero sólo en la Península Ibérica es probable que el GTS sea considerablemente más raro que el CS. Y desde un punto de vista técnico, el GTS sólo empieza donde acaba el CS.
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Al fin y al cabo, visto con sobriedad, el BMW M4 CS es un vehículo que, a pesar de algunas modificaciones, no difiere significativamente de un M4 con Competition Package y algunas piezas de tuning de la gama BMW M Performance. El equipamiento de serie también incluye el sistema de frenos cerámicos de carbono, diseñado para mantener frenado con seguridad el deportivo de gama media de 450 CV en todo momento, incluso en circuito.
Sin embargo, en comparación directa, el BMW M4 GTS está considerablemente más optimizado para su uso en circuito. No sólo la aerodinámica más eficaz con splitter delantero extensible y alerón trasero multiajustable, sino también el chasis fundamentalmente modificado y, por supuesto, el motor, que ha sido potenciado hasta los 500 CV gracias a la inyección de agua, sitúan al GTS en una liga de rendimiento diferente. La conclusión de los probadores españoles de motor.es es relativamente clara:
Como puedes leer, me he enamorado del BMW M4 GTS. Es uno de esos coches que no te suelta y te persigue constantemente. Sin embargo, tengo que decir que la pregunta anterior sobre el precio es un poco tonta. Alguien que pueda comprarse un GTS no se planteará si merece la pena el sobrecoste. Si le apetece, lo comprará. Además, el GTS es una pieza de coleccionista y en muchos casos se utiliza como objeto de especulación. Sí, desgraciadamente, por eso apenas conseguiremos ejemplares usados en unos años, como mucho a un precio desorbitado. Pero esa es otra discusión.
Así que la pregunta es realmente: ¿Vale realmente el GTS 75.000 euros más que el CS? Sí, rotundamente sí. No por su exclusividad, sino por la tecnología que incorpora. Es un coche de sensaciones. Es tan impresionante de conducir como de mirar. BMW se ha ganado el perdón de todos los críticos, porque gracias a los SUV, los monovolúmenes y los tricilíndricos, los alemanes tienen la capacidad de poner en la carretera coches como el GTS.